top of page
Buscar

Con pápa en casa.

  • cu1turacdf
  • 19 jun 2020
  • 3 Min. de lectura

Tener una relación no muy especial o “buena” con papá es algo que a todos nos pasa.



El silencio a veces se convierte en nuestro peor enemigo y lo menciono porque creo que a veces optamos por callar o quitarle prioridad a este constante problema para “sobrevivir”, cuando la realidad es que te mata lentamente aquella esperanza de rescatar esa relación con papá. ¿Tú crees que Dios no sabe lo duro que es para ti solucionar este dilema? ¡Claro que lo sabe! Por eso poner en acción tu cristianismo en esta área de la vida desata grandes milagros, ¡es recompensado!


Por ejemplo, yo llevaba 4 años sin hablar con mi padre porque él no aceptaba a mi enamorado y fue la forma de hacer evidente su descontento; pero como a Dios le gusta la adrenalina, cuando empezó la cuarentena me tocó quedarme con mi papi en casa, con nadie más, solo éramos él y yo. Fue el momento más incómodo para ambos; mi papá le decía a mi hermano (quien no estaba con nosotros en casa) que me diga las cosas que él quería decirme. Debo confesarte que era súper ridícula la situación.



Mi padre estuvo con covid, ataques de pánico y depresión. Mi temor en ese instante era perderlo. ¿Por qué esperar ese momento? Es mi pregunta para ti. ¿Debes tener a tus padres en peligro para tomar decisiones? ¡Ojo! Te lo digo para evitarte la demora de aquello que tu corazón anhela: una relación saludable con papá. Aparte, si así tardas en solucionar las cosas con tu padre terrenal, cuánto más te va a costar relacionarte con tu otro padre, que es Dios, a quien no ves.



Empecé a ser estratégica, hacía seguimiento de que tome sus medicinas y hasta se las compraba, cocinaba (aunque soy una desgracia en eso), le preguntaba sobre sus síntomas, predicaba en voz alta para que me escuche, ponía canciones de fe, hasta que llegó el día en que mi papi salió del cuarto ¡Una gran victoria! Pero era el comienzo.


Mi papá empezó a preocuparse por mí de una manera inigualable, buscaba la forma de complacerme o ayudarme en todo, algo que extrañaba mucho de él. A veces crees que aquello que hoy vives, aquello que no te deja dormir o te afana no está ligado a un problema con papá, pero créeme, es una enorme puerta que abres para ser bendecido cuando decides enfrentarlo como Dios enseña. Él actúa cuando hay esa disposición.


Esto no se trata de quién tenga la razón, esto se trata de amar de verdad, perdonando multitud de faltas.

Si Dios te perdona, ¿quién eres tú para no perdonar a tus padres?¿Has condicionado a tus padres para poderlos amar? ¿Deben ellos pedir perdón?




Si tu respuesta es sí a estas tres preguntas, significa que eres esclavo de estos pensamientos incorrectos y estás en contra de todo lo que Dios trató de enseñar a través de la muerte de Jesús. Mi papá ha cometido muchos errores y me ha hecho falta en tantos momentos importantes, que hasta en ocasiones mis amigos piensan que no tengo papá, pero es mi deber que él mantenga ese lugar que nadie le quitará. No solo ante los demás, sino en mi corazón. Toma el desafío de honrar a papá y verás tus sueños hechos realidad a partir de esa reconciliación.


Un abrazo,

Carla Campozano.



 
 
 

Comments


Únete a nuestra lista de correos 

¡Gracias por tu mensaje!

© 2020 Cu1tura. 

bottom of page